«Un poco para mamá,
un poco para papá,
un poco para la abuela
que come muchas ciruelas,
un poco para la tía
que come pan y sandía:
así se enferman los niños
por exceso… de cariño»
Gianni Rodari, Gramática de la Fantasía.
En el niño, al menos hasta cierta edad, se corresponde de buena gana a este juego, porque despierta su atención, puebla de personajes su comida, que se convierte y da un significado simbólico al acto de alimentarse, extrayéndolo de las servidumbres cotidianas.
Comer se convierte en un hecho estético, un «jugar a comer»
¡Ay que ricos alimentos!
Alumnos/as de 1 año