La cultura infantil tradicional, oral, gestual, preciso es reconocerlo, evidencia señales de extinción. Este proceso, aunque acelerado, no significa una desaparición fulminante. Simplemente porque el proceso cultural no es producto de una generación, antes bien, lenta asimilación, ya que subsiste un mensaje relacional directo entre el hacer cultural y la vida de una comunidad.
La infancia de hoy, informada, formada, conformada por la televisión, conjuga algunas formas básicas de entretenimientos tradicionales, espontáneos, con «el mundo digerido» de la TV. Analizar un tema tan candente y complejo escapa del marco de este trabajo; apunto esta doble vertiente aparentemente contradictoria.
De una parte, la participación infantil en un juego activo, colectivo, exploratorio, transmitido y en espacios abiertos para conquistar, jugar de tú a tú. De otra, el niño, aislado en un espacio cerrado, corporalmente sedante, pasivo, consumidor de imágenes efímeras pero altamente informativas, transformadoras de actitudes sociales.
¿se han extinguido pues los juegos tradicionales?
Durante el tercer trimestre, hemos disfrutado de algunos momentos de juegos en el jardín de nuestra escuela; juegos de saltos, juegos de persecución o primeros juegos de corro son algunas de las cosas que hemos disfrutado con nuestras maestras.
«Al corro chirimbolo,
qué bonito es,
un pie, otro pie,
una mano, otra mano,
un codo, otro codo,
la nariz y el gorro.»
Cada cual atienda su juego. Ana Pelegrín
Alumno/as de 2 años
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