A cualquier edad hay que luchar por el hacer con fundamentos. Que estos no están en el contenido, sino en el cómo se aborda el contenido; ni están en la forma externa de la cantidad de los conceptos, sino en los rasgos del conocimiento; en la cantidad de su adquisición.
Entonces ¿Qué diríamos de la matemática?
Que la matemática no es el arte de calcular, sino el arte de comprender. Que no se trata de calcular con la mayor precisión en el menor tiempo posible sino de calcular con el mejor entendimiento en el tiempo que marque la capacidad del niño.
Que no se trata de acumular contenidos sino de descubrir conocimientos. Que el pensamiento no actúa con lo que nos han enseñado sino con lo que hemos aprendido; que no se trata, por tanto, de cuantificar la enseñanza sino de cuantificar el aprendizaje.
Que no hay aprendizaje donde no haya desafío, donde el niño no pueda jugar con las respuestas antes de escoger una de ellas, donde no se exprese distintas conjeturas hasta llegar a válidas conclusiones, donde no haya diálogo, ni observación, ni dinámica de relaciones conceptuales, donde no se permita la equivocación, ni la expresión con las propias palabras de las distintas experiencias (…)
Por tanto, los fundamentos de la matemática no son más que los fundamentos del pensamiento, de la observación, de la intuición, de la imaginación y del razonamiento lógico; de la capacidad para establecer relaciones, para inducir, deducir, para aplicar después un significado a una simbología que opera en nuevas creaciones de significado.
La mano es un órgano elegante y complicadísimo de estructura, que permite las manifestaciones intelectuales y establece relaciones especiales con el ambiente: el hombre, puede decirse, que “toma posesión del ambiente con sus manos” transformándolo con el auxilio de su inteligencia, cumpliendo su misión de esta manera, en el inmenso escenario del universo.
Sería lógico tomar en consideración (al querer examinar el desarrollo psíquico del niño) la iniciación de las dos expresiones del movimiento que podríamos llamar intelectuales: la aparición del lenguaje y el comienzo de la actividad de las manos que aspiran a realizar una labor.
¡Qué puede imaginarse de más sagrado y maravilloso que el “movimiento humano” desarrollado en el niño!
El primer avance de aquella mano pequeñísima hacia las cosas, el rasgo de aquel movimiento que representa el esfuerzo inmenso del ego para penetrar en el mundo, debería causar profundísima admiración en el adulto.
Así, queda pues, la mano al servicio de la inteligencia: estas son nuestras manos.
Desde el inicio de curso hemos estado cuidando de nuestros caracoles, y aprendiendo que necesitan para poder crecer sanos y fuertes.
cual fue la sorpresa un día al cambiarles el agua y la comida que habían criado, y ahora habían tantos caracoles que ni se podían contar.
¿Qué hacemos ahora?
Èrika esta casita es muy pequeña
Rodrigo Ferrandis
La mamá de Irene va a traer una nueva
Lola Melego
Vamos a construir un terrario, una casa para nuestros caracoles de las huertas, para que puedan crecer felices y comer, de todo menos perdices.
Así pues, hemos traído un gran terrario a nuestra porchada de la clase, y aunque aún esta en proceso, lo hemos aclimatado poniéndole: tierra, un recipiente con agua para que puedan beber, unas piedras, mucha tierra húmeda y comida; calabacín, hojas de repollo y algo de lechuga.
En las primeras etapas del desarrollo intelectual del niño la inteligencia y la percepción están ligadas, pero esta unión continúa en el desarrollo cognitivo del adulto.
La evolución de las etapas gráficas del niño manifiestan por un lado la organización estructural de la mente y por otro lado la conexión entre intelecto y percepción.
Además, los mismos dibujos de los niños confirman que la percepción es un proceso gradual, las formas no emergen como un todo simplificado, sino que surgen gradualmente, partiendo de esquemas previos, van haciéndose cada vez más complejas y añadiendo detalles al total, pero con un orden riguroso.
La ALFABETIZACIÓN VISUAL es hoy en la escuela tan importante e imprescindible como la alfabetización verbal, la aritmética y la musical.
En el aula de 2 años vamos a realizar un trabajo sobre el color y sus propiedades, estás son las primeras sesiones de experimentación y juego…. ¿Qué sucede?
El contar cuentos es un acto intenso, de comunicación personal. Invita al recogimiento, a concentrarse, a refugiarse. Por eso, el círculo o semicírculo, evocando el círculo alrededor del fuego, del árbol, reúne aún los elementos dispersos y primarios del núcleo inicial, cuando la historia era sentida como una parte de cada uno, una parte de todos los que se congregaban.
El escuchar supone un contacto con la palabra y el espacio donde esa palabra se inscribe. Este contacto tiene una forma ancestral, el narrador y el círculo, clan cerrado, espacio transformándose por la evocación de la palabra de otros espacios, tiempo dilatándose, círculos agrandándose, hasta sumergirnos en el no-espacio-no-tiempo. «Palabra esencial en el tiempo», decía Antonio Machado de la poesía.
Había una vez…
Èrase que se era…
La semana pasada en nuestra escuela tuvo lugar el XXXIV Carnaval Literario «A la poesía, rumor de aromas», y además de contar con varios encuentros con autores nuestra maestra Érika organizó un taller con las familias sobre poesía cantada y cuento en verso.
Los niños de 1 año y sus familias se han reunido en el aula para disfrutar de unas sesiones de cuento y literatura infantil.
Ha sido muy emotivo, esperamos que os haya gustado y poder repetir muy muy pronto.
Y colorín colorao, el que no levante el culo, lo tiene… ¡achicharrao!
Hemos vuelto a la escuela con mucha ilusión y muchas ganas de contar a nuestros compañeros todo lo que hemos hecho durante las vacaciones de Navideñas.
Al llegar, nos esperaba la gran sorpresa de un concierto compuesto por 5 músicos que tocaban los siguientes instrumentos de viento metal: las trompetas, la trompa, el trombón y la tuba. Nos han tocado muchas piezas musicales como la de «Happy» de Pharrell Williams o «Navidad Blanca Navidad» de Gustavo Pascual. Hemos bailado, cantado y aplaudido muchísimo.
Después de comer, hemos ido a recoger los cuentos que los Reyes Magos habían dejado para nosotros junto al árbol de Navidad de la escuela. Había muchísimos libros y el nuestro era «Nunú», un cuento rimado lo hemos leído juntos y nos ha encantado.
¡Hemos disfrutado mucho de todas las sorpresas!
Alumnos/as de 1 año
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